La mejor opción siempre será la comodidad y algunas de las funciones para lograr eso son las siguientes:
1. Practicidad. Si llevas un reloj en el brazo que no sueles utilizar, puedes hacer dos cosas a la vez. Puedes mirar la hora y continuar con la tarea que estuvieras realizando, como escribir, comer, cepillarte los dientes, etc.
2. Comodidad. Si escribimos o realizamos tareas con la mano derecha, por ejemplo, nos resultará mucho más cómodo llevar el reloj en la izquierda (y al revés si somos zurdos), ya que no se interpondrá ni nos molestará en nuestra actividad.
3. Proteger el reloj. Si llevamos el reloj en el brazo que más utilizamos, este queda más expuesto a posibles daños. En cambio, llevándolo en el brazo contrario, el reloj queda más protegido de posibles golpes o rayaduras.
En qué brazo prefieres llevar tu reloj?